Restaurante MOMENTS (1 estrella Michelin)





La cocina vista desde el comedor
Datos
Passeig de Gracia, 38-40 (en el interior del Hotel Mandarin)
Barcelona
Tf. 93 151 8781
Aparcamiento: subterráneo a pocos metros o bien los aparcacoches del Hotel Mandarin
Horarios: de 13,30 a 15,30 y de 20,30 a 22,30 de martes a sábado
Día de cierre: domingo y lunes
Vacaciones: siempre abierto
Precios: carta a partir de 125 euros con prudencia
Menú degustación, 180 euros
Tipo cocina: catalana tradicional de vanguardia




Tartar emulando un cuadro del pintor Riera i Aragò
Algunos platos: el Fricandó, el Arroz a la cubana, los Guisantes del Maresme con butifarra o con Pez araña, Rodaballo al curry, el Suquet de pescado, los Rogers guisados sobre torronada, las Codornices, Pies de cerdo con Verduras, Espardenyes sobre coca vegetal, Canelones, Pluma ibérica… Interesante la tabla de quesos. Y a partir de ahí, los grandes títulos que, al final, encierran la simplicidad de la cocina más tradicional, y no por ello menos compleja. La puesta en escena es un espectáculo y en ella radica gran parte de la complejidad. Algunos de los platos reproducen obras de arte de pintores consagrados.




Ensalada de espardenyes y alcachofas con flor
Decoración: accedemos por un pasillo en el que hay un atril, el de las reservas, y a continuación está el comedor, un espacio amplio en el que mandan blanco y dorado, con una gran ventana al fondo con vistas a la cocina. A la derecha, tras la pared lateral acristalada, hay una zona larga y estrecha a modo de terraza, con un jardín vertical, mesas y sillas. Perfecta para fumadores. Fantástica la mesa para un máximo de 8 comensales cercana a la cocina, totalmente a la vista. Alrededor de esta mesa hay unas cortinas de modo que puede aislarse a modo de reservado.




La sala de Moments
Iluminación: bastante buena
Ambiente: Tranquilo, elegante. Curioso a veces por lo heterogéneo, porque la estrella Michelin que le concedieron en 2010 atrae a comensales de todo el mundo, y absorbe parte de los clientes del hotel interesados por la cocina catalana de autor que aparece en las mejores guías del mundo.




Raül Balam, Almudena Mazuelos y Dolly Fontana
A tener en cuenta: Según palabras de Carme Ruscalleda, madre de Raül Balam, Moments significa sentido común, tradición, autenticidad y el regreso a las raíces. Ambos, madre e hijo, piensan que el principal objetivo de los fogones es hacer felices a los demás. Desde que abriera puertas en el Hotel Mandarin, y aunque su madre esté ahí, asesorando muy cerca, Raül Balam ha mostrado un increíble proceso de maduración. Hay un increíble nivel de exigencia en cada uno de sus platos. Sentarse en estas mesas es sensitivo, divertido, sorprendente. La continuidad de la cocinera que atesora más estrellas Michelin en el mundo, parece asegurada.




Raül Balam y la maquina de filetear pepinos, préstamo de su madre, Carme Ruscalleda
Las anécdotas: Hay que ir a Sant Pol a buscar canalones, esa era la frase que muchos sábados se oía en mi casa, en el pueblo vecino, Canet de Mar. Los Ruscalleda tenían un supermercado y comida preparada. Sus canelones, aquellos canelones, eran populares en El Maresme.
La primera vez que vi a Raül fue en Sant Pol, en la calle. Era un niño pequeño y tímido que jugaba a su bola. En el momento que tuvo claro que lo suyo no era estudiar, su madre, Carme Ruscalleda, le hizo pasar por todos los puestos de cocina. Mi madre me puso a limpiar pescado me harté de descamar. Todo el día limpiando escamas, lo recuerdo con horror. Pero también he de agradecerles a Carme y a Toni, mis padres, esa dureza. Si no quería estudiar, vale, pero trabajaría como el que más. Hasta que llegó la oportunidad. La propiedad del hotel realizó algunos intentos con otros chefs, pero ninguno de ellos prosperó. Hasta que llegó Carme Ruscalleda, una mujer con la que es fácil entenderse si de lo que se habla es de trabajo.
Cuenta Raül: Me llamó, puso la propuesta sobre la mesa y dijo que avanzaba si yo formaba parte de todo. No podía decir que no, por supuesto que me impliqué. La implicación les llevó hasta la codiciada estrella.
Mientras nos contaba su proceso, a Almudena Mazuelos, de Codorniu, a Dolly Fontana, rrpp del hotel, y a mí, nos mostraba la máquina de filetear verduras: ¿Habéis visto que maravilla? Me la ha prestado mi madre. Mirar, mirar qué bien queda el fileteado. Perfecto. Ahora ya sabemos que no hay un “machaca” dándole al cuchillo mil veces sin parar.




Raül Balam en cocina, Jordi Ciuraneta en sala
Razones para ir:
-la experiencia gastronómica, deliciosa, divertida
-someter al paladar a sabores tradicionales tratados de forma sorprendente
-la mise en place
-Raül Balam en cocina y Jordi Ciuranetaen sala, un tándem perfecto
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