Restaurante BAR BAS


Datos
Rambla de Catalunya, 7
Barcelona
Tf. 93 342 75 16
Aparcamiento: subterráneo en Plaça Catalunya. Aún así, mejor en transporte público
Horarios: De lunes a jueves de 12.30 a 23.30
Viernes, sábado y domingo de 12.30 a 00.00
Día de cierre: ninguno
Vacaciones: siempre abierto
Precios: a partir de 30 euros
Tipo cocina: producto de mercado y fogón mediterráneo
Algunos platos: es un buen lugar para compartir platillos y guisos. Las tapas son variadas y el producto es de calidad. Hay clásicos como las croquetas, la ensaladilla rusa con buenísimos picos de pan, pollo confitado al ajillo, salmorejo cordobés, berros con vinagreta de mostaza y chicharrones y aguacate y buey de mar. También tapas servidas en su lata: mejillones en escabeche, anchoas caseras y boquerones en vinagre. Tablas de ibéricos (Joselito para más señas) y de quesos, tortillas, judías del ganxet salteadas con butifarra, albóndigas de ternera con sepia, lentejas estofadas con su compango, cap i pota con garbanzos y rabo de vaca vieja al vino tinto con puré de patata, ostras, berberechos gigantes a la plancha, gamba roja cocida al vapor, steak tartare, ventresca al vinagre de sidra y solomillo con mojo de hierbas… Alex Camprubi es el jefe de cocina.
Decoración: estilo urbano en el centro de Barcelona que bien podría ser un bar-restaurante del centro de Paris. Dinámico y urbano, está firmado por Lázaro Rosa-Violán, lo que implica un toque de sotisficación como sucede con todos los locales que decora. Hay cierto toque canalla en el concepto, puesto que es la barra de la entrada, a la izquierda, la que ocupa la mayor parte del local y marca el espíritu tan solo entrar, con barriles de cerveza y cocina a la vista. Hay mesas convencionales para quien huya de las barras, y un rincón al aire libre en la entrada para fumadores. Los lavabos están en el sótano, y hay un ascensor para acceder a ellos.
Iluminación: muy potente
Ambiente: movimiento y actividad puesto que se encuentra en una de las zonas más transitadas de la ciudad. Dinámico y divertido, induce más a una comida rápida que a una larga sobremesa.
A tener en cuenta: al frente de este proyecto, que pertenece a la cadena hotelera H10, está Enrique Valentí, que ya ha demostrado su solvencia en otros locales de buena gastronomía en Barcelona. Su intención, ya constatada, es la de recuperar platos de la cocina casera, clásicos y de cocción lenta, sin la menor excusa para calidades mediocres. La ensaladilla rusa de la casa, por ejemplo, es deliciosa: patata chafada a mano mezclada con mahonesa y huevo. “Es ensaladilla infantil, sin guisantes ni zanahoria que a los niños suele no gustarles”, nos cuenta. Seremos niños, pero nos entusiasmó.
Nerea Arriola está al frente de la Sala. La capacidad del local es de 65 personas, más un reservado para 12 personas en la planta sótano.
Las anécdotas: Nos habían hablado muy bien de las albóndigas con sepia de este local. No es que estén buenas, es que las comes y lo de mojar pan en la salsa se convierte en un tercer plato al que es imposible negarse.
Es uno de los pocos locales de esta zona del Eixample barcelonés, eminentemente turística, en la que la propuesta es digna y merece parada y desplazamiento.
Razones para ir:
-El producto, de primera calidad y sutil manipulación
-Para una comida sin sobremesa pantagruélica, rápida y deliciosa
-El servicio, impecable
-El ambiente
FOTOS: SANTI COGOLLUDO
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