Restaurante Hotel SÀO (***)





Las vacas, en el prado de la entrada
Datos
Carretera de Bescaran s/n
Bescaran
25719 Valls de Valira
Alt Urgell | Lleida
Tel 34 973 352 609
http://www.saohotelbescaran.com/
Aparcamiento: en el mismo recinto
Horarios: de 13,00 a 16,00 y de 20,00 a 23,00
Día de cierre: ninguno (llamar antes)
Vacaciones: siempre abierto (llamar antes)
Precios: a partir de 35 euros la carta.
Menú gastronómico: 40 euros (más vino)
Menú brasa: 30 euros (a base de ensalada y carnes)
Tipo cocina: mediterránea y pirenaica con sello de autor, autóctona de la zona y producto de temporada.
Algunos platos: Rafa de Valicourt, de larga trayectoria fogonera, diseñó la carta de esta cocina para un servicio de un máximo de 20 personas. Nos pusimos en manos del chef y probamos: Gazpacho de frutas con caviar de arenque y olivada, Sardinas con queso fresco del Cadí, tomate y vinagreta de frambuesas con piñones, Bacalao con judías del ganxet, ceps, cremanyoles y romescu, Trinxat de temporada de verano (escarola y ensaladas varias) con panceta y butifarra negra, Coca con roastbeef de ternera de Girona con cebolla caramelizada, y de postre, Fresas con nata y nata con fresas, un juego de texturas con ambos ingredientes.
Exquisitos los postres. Los postres son recuerdos, comenta el chef. Y sí, basta cerrar los ojos para que el paladar gire la mirada hacia la infancia.
El chef Rafa de Valicoirt dejó la primera línea del fogón en 2013, pero sigue asesorando la carta.




Sardinas con queso fresco del Cadí, tomate y vinagreta de frambuesas con piñones




Bacalao con judías del ganxet, ceps, cremanyoles y romescu
Decoración: estamos en una antiquísima ruina rústica rehabilitada y redistribuida para conseguir un hotel de 5 habitaciones que se ha decorado con mobiliario de diseño moderno y en muchos casos de marcas de la Alta Costura del diseño industrial, como las lámparas Tolomeo que enmarcan las camas.




El comedor, con vistas al paisaje




La cocina, al fondo y junto al bar
Iluminación: Muy correcta, con lámparas de diseño tranquilo en las zonas comunes.
Ambiente: Se está forjando, puesto que lleva pocos meses abierto, tan solo tres al escribir estas líneas en agosto de 2012, pero se prevé una atmósfera de clientes que valoraran la comodidad en un lugar bastante aislado del mundanal ruido y, sin embargo, a 30 minutos de distancia de la Seu d´Urgell y de Andorra.




Luces y sombras juegan con la madera y el cristal
A tener en cuenta: después de ascender por una carretera en la que hay que ir parando para que pase el coche “contrario”, llegamos a lo alto de un pueblo de poco más de 30 habitantes (70 censados) y seguimos las indicaciones del hotel. Los propietarios son Joaquim Lluellas, empresario andorrano, y Esther Xargayó, su esposa. Tienen dos hijos, Isaac (20) y María (17), y al adquirir la masía, que era exactamente unas paredes y un pajar en ruinas, la intención de convertirla en segunda residencia cambió pronto por la de un hotel gastronómico. Era mi sueño y mi marido me apoyó, cuenta Esther, que dejó su Girona natal para formar una familia y hoy se la ve ya como parte del paisaje del Alt Urgell. Su sueño se detecta en cada rincón, en forma de objetos y detalles con alta carga de emoción: pequeños tapetes de ganchillo de colores confeccionados por su madre, cojines diferentes en cada una de las sillas del comedor, ni una sola servilleta se repite, flores frescas, olores naturales, luces estratégicas… El lugar está pensado para el relax, el descanso y la gastronomía, por lo que difícilmente se encontrarán a gusto las familias con niños pequeños.




Desde el hall, paso al comedor
Las anécdotas: Dos vacas rubias que pastaban en el campo vecino al parquing del hotel, nos regalaron una social bienvenida a un lugar en el que de antemano sabíamos que se admiten perros sin conflicto. Se preveía una jornada relajada y exquisita, y así fue. Rafa de Valicourt dirige la cocina, un chef de largo recorrido _ 9 años en la Torre del Remei de Bolvir (Girona) _, con suegro cocinero y un hijo de 14 años, Pol, que ya se maneja entre cazuelas, comentaba con emoción: Mi maestro ha sido Josep María Boix, me lo ha enseñado casi todo y se me pone la piel de gallina al hablar de él. Me marché, y poco después entré en un círculo estresante que me llevó hasta un infarto. Supe que se estaba construyendo este hotel, les dejé mi tarjeta y hasta hoy. También dirigió los fogones del Castell de la Seu d´Urgell, con lo que ya eran dos los Relais Chateaux de su trayectoria, lo cual indica que en su activo ya está el conocimiento de un tipo de público que busca la exclusividad entendida como un lujo. Hay que olvidarse, pues, del convencional lujo de brillos. En el Saò lo que brilla son la naturaleza, la cocina y la comodidad.
Razones para ir:
-El aislamiento temporal del universo social
-El lujo, para quien lo entienda como la suma de 3 factores: comodidad, cocina y naturaleza
-El precio de cama+carta (a partir de 85 euros la habitación doble)
-Admiten perros
Fotografías: R.G.
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