Restaurante SUCULENT





El toldo, explícito
Datos:
Rambla del Raval, 43
Barcelona 08036
Tf. 93 443 65 79
Aparcamiento: párquings en la zona, aunque recomendamos ir en transporte público o dando un paseo por La Rambla.
Horarios: de 13,00 a 1,00 de la madrugada
Día de cierre: domingo noche y lunes todo el día
Vacaciones: siempre abierto
Precios: a partir de 18 euros y hasta 30 euros (sin vino)
Tipo cocina: de mercado y de proximidad
Algunos platos: estamos en una Casa de Comidas de barrio, por lo que contamos con almuerzo, cena y tentempiés para estómagos intermedios de horario descolocado. Así es la cocina del SUCULENT, que dispone incluso de brasa. Por la mañana, dulce, salado, ácido… Si lo que apetece es un bocata, el pan rústico merece atención. La bollería y mermeladas están hechas en casa, y en la lista de zumos, naturales, flotan las vitaminas. Las recetas de fogón son caseras, de las que se pueden cocinar en casa (si en casa se cocina bien) y con un toque de actualidad, con mimo y cariño, y como dice el chef al mando, Carles Abellán, hay que ser muy generosos con el aceite crudo, es sanísimo. La carta: Ceviche, Sardina ahumada con velo de tocino, Caballa con escabeche, Albóngidas de butifarra y sepia Buñuelos de bacalao con pizca de miel, Croquetas, Boquerones en vinagre, Judías estofadas con pnceta, All i pebre, Callos, Cap i pota (hay quien dice que de los mejores de la ciudad), Bacalao al pilpil, Ventresca a la brasa con tomates deshidratados… Todo servido en vajilla de loza rústica, gruesa y contundente, y en las mismas cazuelas de barro que llegan desde el fogón.




Ensalada de tomate y fresones sobre un lecho de queso pecorino




Ventresca de atún a la brasa con tomate y cebollino




El ceviche, con el punto justo de cilantro




All i pebre, típico de Levante, que es de donde procede el jefe de cocina




Raya con mantequilla y alcaparras, al estilo pitiuso




Albóndigas con sepia




Camino de la brasa
Decoración: el de una tasca renovada y convertida en Casa de Comidas, con pavimento de pizarra, barandillas de hierro, mesas de madera, sillas de hierro unas y de madera otras, viejas puertas de nevera decorando las paredes…El mobiliario lo han construido artesanos del barrio, Amato Soler (Ramón y Ana). Entrando a la derecha está la barra con unas cuantas plazas en taburete alto, y dos mesas altas que pueden alinearse para 8 comensales. A la izquierda, 3 mesas para 4 y una para 6. En total, 24 comensales. Avanzamos, pasamos a la cocina, y en un momento dado, una pared se abre y da paso un reservado para 8-10 personas. Lavabos correctos. Lavamanos común.
Iluminación: lámparas colgantes, correcta




La sala, de adentro hacia afuera




La sala vista desde el centro del local
Ambiente: magnífico, porque al ser de medidas tan reducidas se puede mimar a los clientes uno a uno.
A tener en cuenta: que Ferran Adrià se haya ya sentado en las mesas de Suculent y haya repetido es ya cierta garantía. Se ubica en la zona más cuidada y arreglada de uno de los barrios más conflictivos de la ciudad, por lo que este restaurante se ha convertido en un pretexto perfecto para ir hasta el corazón del Raval, sentarse a comer en un local sin más pretensión que una cocina de órdago, tomar el café en la terraza y llegar a la conclusión de que si los barceloneses insistimos en retomar el barrio, el barrio retomará su relación con el ciudadano. De momento, el Suculent es un buenísimo punto de enlace. Carles Abellán, chef con otros restaurantes en la ciudad, define la línea de una cocina al frente de la que está Antonio Romero, un cocinero que no llega a los 30 años pero que controla el tema perfectamente. Los domingos a mediodía, además de arroces, ortiguillas y setas (olo que proceda por temporada), hay flamenquito.
Otra muestra de que se ha ido a buscar la proximidad en todos los aspectos, es que la imagen gráfica es de Comité Estudio ( Ibon y Francesc ), también del barrio!!




El erquipo de cocineros: en el centro Antonio Romero, de Nules(Castellón). A la derecha, Manel de Vall d
Las anécdotas: esta es una sociedad que comparten, principalmente, el chef Carles Abellán y el empresario Javier “Coto”. Primero fue cliente del Comerç 24, cuenta Abellán de su socio. Después fuimos amigos y ahora socios. Interviene Coto: Yo estaba dentro de la famosa burbuja inmobiliaria, y ya antes de que llegara el desastre le propuse a Carles montar esta Casa de Comidas, que sí me gusta llamarla. Yo tenía este local, era una bodega antes, y lo que hemos hecho ha sido aprovechar todo lo que hemos podido de las maderas, las puertas de las cámaras, aquí no solo la comida es sostenible. Vuelve a intervenir el chef: Es cierto, incluso los uniformes son de algodón 100%. Y añade: No me apetecía nada el barrio pero me convenció. Ahora me encanta, hay un niño en el primero que nos dispara con la pistola de agua. Aquí cada día pasa algo.




Javier
Razones para ir:
-No se nos ocurre ninguna para no ir
-la carta, y especial mención a los platos de cuchara, de puchero
-servicio amable y simpático
-el reservado para 8-10 comensales
Nota: el barrio es de los menos seguros de la ciudad en cuanto a robos y tirones. Basta abrir los ojos y poner cara de “a mí no me toques”.




La Rambla del Raval, donde se ubica el Suculent
Una respuesta a Restaurante SUCULENT